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Amaia Goñi

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Amaia Goñi, ingeniera de 'software' en el gigante Volvo Cars

Los profesores de matemáticas le enseñaron a sentir curiosidad por los números y la electrónica. Así, esta villavesa de 40 años decidió estudiar Ingeniería Superior en Telecomunicación en la UPNA. Tras trabajar en entidades y empresas de la Comunidad foral como CITEAN y Tegui, quiso explorar oportunidades en el extranjero. Por eso, se marchó a Núremberg, donde conoció a su actual marido y, nueve años después, ambos se instalaron en Gotemburgo, donde viven felices con sus dos hijas.

Villavesa "de corazón", Amaia Goñi se define a sí misma como una mujer "de naturaleza curiosa". Quizá, el momento en el que comenzó a cuestionarse diversas realidades fue el nacimiento de su hermana. "Tenía seis años, me acuerdo perfectamente. Yo la miraba y la veía tan pequeñita... De pronto quería saber todo sobre los niños", rememora. Lo cierto es que la curiosidad es el motor de los grandes hallazgos. Usar los signos de interrogación es lo que hizo que Amaia diera con su destino.

En el colegio Lorenzo Goicoa, los docentes iban ampliando poco a poco sus horizontes, especialmente los de matemáticas. A Amaia le gustaba plantearse problemas y resolverlos, veía a los números como grandes aliados. "Uno de los profesores nos enseñó informática con ordenadores casi prehistóricos. Teníamos cinco para toda la clase, era un poco caótico". En ese momento empezó a crecer en ella cierto interés por la electrónica.

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