Andrés Larraga, el pintor navarro que abrazó Barcelona en el cambio de siglo

Andrés Larraga nació el 4 de febrero de 1861 en Valtierra, Navarra. Se convirtió en un referente de la primera generación de pintores contemporáneos de su tierra, fusionando sus raíces navarras con el escenario artístico de Barcelona.

Su partida hacia Barcelona en su adolescencia representó una búsqueda de su propia identidad artística y una excusa para no acudir ante las llamadas a quintos. En la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, bajo la tutela de Josep Armet, Larraga esculpió sus habilidades pictóricas en el bullicio de la ciudad.

En la Sala Perés, sus primeras obras vieron la luz. Tras ese acontecimiento en el que se vio gratamente reconocido, continúo su camino con 12 exposiciones más entre 1885 y 1922. Sin embargo, su inquietud lo llevó a internacionalizarse y, en 1885, con el mecenazgo de Ferrer i Vidal, Larraga emigró a París.

Consolidó relaciones de relevancia con figuras emblemáticas como Santiago Rusiñol y Ramón Casas, que le ayudarían a expandir su horizonte artístico. En el 90, los paisajes del norte de España se convirtieron en su fuente de inspiración. De ellos surgieron "Bahía de Pasajes", "Calle de Oyarzun" y "Rentería".

Fue en 1920 cuando su regreso a las raíces se materializó al participar en la exposición de artes plásticas en Pamplona.

Formó parte de la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid en 1922, consolidando así su posición en el panorama artístico español. Sin embargo, la partida de Larraga en el 1931 dejó un vacío entre lienzos y pinceles.