Publicador de contenidos

Isidoro Fagoaga

Isidoro Fagoaga Larrache, el beratarra que conquistó el mundo de entreguerras

28/12/2022

Isidoro Fagoaga Larrache nació en Bera el 4 de abril de 1893 y falleció a los 83 años en San Sebastián a las puertas de la primavera de 1976.

Isidoro pudo estudiar música gracias a una beca de la Diputación Foral de Navarra y con sólo quince años, en 1908, emigró a Buenos Aires. Allí continuó con su formación musical, aunque poco tiempo después una nueva beca de estudios le llevó a trasladarse a la ciudad italiana de Parma para convertirse en pupilo del director de orquesta Cleofonte Campanini.

Tras del estallido de la Primera Guerra Mundial se trasladó a Madrid donde debutó como tenor en la ópera Sansón y Dalila. Después de este exitoso debut, el compositor vasco Jesús Guridi lo contrató para la opera Amaya que se estrenó en Bizkaia en 1920. A partir de 1923 comenzó una gira por España de la mano de María LLácer y Enrique Fernández Arbós con las primeras versiones de La Walkiria y Parsifal. En esas décadas de los años 20 y 30 el tenor beratarra triunfó en los principales teatros de España, Portugal, Italia y Argentina.  

En 1925 se convirtió en el tenor dramático oficial del Teatro de la Scala de Milan de la mano de Arturo Toscanini. Protagonizó durante once años el cartel de este teatro interpretando cientos de personajes wagnerianos hasta que en 1937, y mientras ensayaba para la obra El ocaso de los dioses en el Teatro de la Ópera de Roma, supo del bombardeo de Gernika, y decidió abandonar Italia y la ópera.

A sus cuarenta y cuatro años, Isidoso Fagoaga Larrache, siempre nostálgico por volver a su tierra, se trasladó a San Juan de Luz donde intensificó su faceta literaria e investigadora hasta la invasión alemana de Francia en 1940 durante la Segunda Guerra Mundial.
En 1951 emigró nuevamente a Buenos Aires.  Allí publicó sus dos primeros libros de los hermanos Garat, así como numerosos artículos y ensayos en diversos periódicos como el argentino La Prensa o en El Diario Vasco. En 1964, Isidoro, ya convertido en leyenda de la música, se instaló en San Sebastián hasta su muerte en 1976.