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Entrevista Diego Fandos San Vicente

“Si volviera atrás en el tiempo, los días pares pienso que me habría quedado en Navarra; los impares, que me habría ido”

22/04/2022

Diego Fandos San Vicente trabaja como profesor de guion en la Escuela de Cine de Praga. Nació en Lerín y está afincado en la República Checa desde 2005. Con varios trabajos documentales y largometrajes en su haber, también ha publicado varios libros, entre los que destaca un manual de escritura de guion que se ha convertido en una referencia internacional. A pesar de las dificultades que sigue planteándole el idioma, Diego disfruta su vida en Praga porque –según explica- “se parece a Nueva York pero en manejable… hay gente de todo el mundo; y el entorno, la ciudad y el país son preciosos”. Sin embargo, también confiesa que echa de menos vivir experiencias con la familia o los amigos en su tierra natal. En los últimos años se ha planteado regresar y, lo que de verdad le gustaría, es que su hijo no perdiera los vínculos con Navarra “… y quizá algún día quiera estudiar allí”. 

¿Qué te llevó hasta Praga y cómo ha sido tu trayectoria hasta hoy?

Vine a Praga a estudiar cine en FAMU (Escuela de cine y televisión de Praga) y allí permanecí tres años. Regresé a España, rodé varios cortometrajes, publicidad, un par de documentales y el largometraje "Cosmos", que compitió en 2007 en el Festival de San Sebastián. Al año siguiente, volví a Chequia a trabajar en la Prague Film School. Desde entonces he rodado tres cortometrajes. Los dos últimos han participado en más de 60 festivales internacionales y han ganado varios premios. 

En esos años, recibí una beca del programa Nipkow para el desarrollo de un proyecto en Berlín; trabajé en un guion sobre un episodio de la Guerra Civil para una productora de Madrid; y he sido jurado en varios certámenes cinematográficos. Ahora, intento sacar adelante un nuevo largometraje y un par de cortos, pero no resulta sencillo.

¿En qué consiste tu trabajo en la Escuela de Cine de Praga? 

Doy clases de guion, son en total cuatro asignaturas. Tenemos alumnos de todo el mundo, principalmente de Europa, Estados Unidos e India, aunque obviamente la pandemia nos ha afectado. Varios de nuestros alumnos han sido seleccionados en festivales como Cannes o Venecia o ya tienen sus películas en Netflix. A la Escuela, acuden como profesores invitados gente como Mariano Barroso (presidente de la Academia española) o Alejandro Hernández (Mientras dure la guerra).

También has desarrollado tu talento como escritor. Háblanos de tus libros publicados, por qué te gusta escribir, vínculos con tu trabajo, etc. 

Siempre me ha gustado escribir. Reuní una colección de cuentos que pensé que podrían tener cierto interés, casi todos ellos premiados. Los mandé a Ediciones Eunate, les agradó y lo publicaron en 2015 (Amores limón). Por las reacciones que me llegaron de los lectores, parece que gustó bastante. Hace un par de años saqué un nuevo volumen y las impresiones han sido más frías...

En 2019, lancé en Amazon -en inglés y en español- un manual de escritura de guion de cortometrajes y está funcionando muy bien, las reseñas de los lectores son estupendas. Además, ha sido elegido como manual de referencia en el Savannah College of Art and Design -una de las mejores escuelas de cine en Estados Unidos según The Hollywood Reporter-. Por supuesto Writing for Short Film vende mucho más en inglés que en castellano. Y más en México que en España.
Los vínculos de la escritura con mi trabajo son directos. Quiero transmitir a mis estudiantes algunos trucos para poder llegar a más espectadores, pero está claro que el requisito imprescindible es el fuego que tiene que sentir cada uno, la necesidad de contar una historia. Pero ese fuego -sin una correcta dirección- puede que no llegue a tanta gente como se desea. It´s about truth&tricks.  

¿Cómo es vivir en Praga para un navarro como tú?

Alguien dijo que Praga es como Nueva York pero en manejable (y más barata), y en cierto sentido es así. Hay gente de todo el mundo, se genera una energía muy positiva.

Y el entorno, la ciudad, el país, son preciosos. Ir por la mañana a trabajar en un tranvía que discurre al lado del río con vistas al Puente de Carlos y al Castillo, resulta muy agradable. El inconveniente principal es el idioma que es muy difícil. Lo chapurreo, pero con limitaciones. Afortunadamente, se habla mucho inglés.

¿Se sigue echando de menos la tierra de origen después de tantos años?

Se echa en falta el no haber compartido ciertas experiencias con la familia y los amigos, que las he perdido por estar aquí. Intento seguir conectado con Navarra, y viajo varias veces al año, pero tampoco es lo mismo estar de visita que vivir allí.

Lo peor de haber echado raíces en una nueva ciudad es que aquí no tenemos familia (mi mujer es polaca), ni primos, ni tíos... lo digo especialmente por mi hijo, que cada vez que visita a familiares tiene que hacer al menos 500 kms, o 2.000, en el caso de Navarra. Pero un día se lo comenté (que es una pena que la familia esté lejos) y su respuesta me sorprendió -tiene 6 años-, dijo que era una suerte, porque así cada visita la celebraba como una fiesta. Al no ser algo cotidiano, lo disfruta más.

El mundo del audiovisual vive ahora un momento de esplendor en España. Si ahora fueras el joven que se marchó a Praga, ¿volverías a tomar esa decisión o te quedarías? 

​​​​​​​Buena y compleja cuestión. Esta pregunta ha originado un guion de largometraje que espero rodar algún día. Los días pares pienso que me habría quedado en España. Los impares, que me habría ido.

Y, a día de hoy, ¿piensas en volver a Navarra?

Nos lo planteamos hace unos tres años, aunque no muy seriamente. ¿Seríamos capaces de encontrar unos trabajos como los que tenemos en Praga? Luego vino el COVID. Y ahora la guerra en Ucrania, que aquí se siente mucho, por razones geográficas e históricas. Si volviéramos a Navarra, pensaría durante los días pares si hice bien en regresar.

¿Te gustaría que tu hijo estudiara o viviera el día de mañana en Navarra? 

Ahí te respondo si dudar que sí, que quisiera que estudiara al menos un año, que conozca bien la tierra. Y que luego, él decida al crecer si quiere establecerse en un lugar o en otro. Espero que, de alguna manera, pueda compaginar sus diversos orígenes. Como decimos, es mitad checo, mitad español, mitad polaco. Habla bien los tres idiomas y espero que se quede con lo mejor de cada país, que es mucho, y el nuestro, además, con pimientos y buen vino.