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Visitación Viñes, una vida dedicada a la docencia en San Cristóbal de La Laguna (Tenerife)

Visitación Viñes, una vida dedicada a la docencia en San Cristóbal de La Laguna (Tenerife)

21/07/2022

Visitación Viñes Ibarrola nació en Pamplona un 3 de julio de 1894, siendo la mayor de siete hermanos. Los primeros espacios de su infancia se sitúan en la Calle Mayor de su ciudad natal, la parroquia San Lorenzo, el Bosquecillo y los Jardines de la Taconera, entre otros lugares.

Visitación vivió en una atmósfera cultural que se tradujo en un deseo de aprender que marcaría toda su trayectoria profesional. La cultura llenaba su hogar de la mano de su madre y tía, cuya profesión, maestras, les llevó a instalar una escuela privada en su domicilio. Además, su padre José Viñes Bello, fue oficial de primera en la Diputación Foral de Navarra, siendo el autor de la primera guía turística de Pamplona: Guía del viajero, descripción de sus monumentos y fiestas, Pamplona 1923.

Su tío abuelo paterno fue Benito Viñes, metereólogo español y primer hombre del mundo en inventar aparatos para detectar ciclones.

En este ambiente familiar no extraña comprobar que Visitación decidiese estudiar Magisterio en Madrid, en la Escuela Superior de Magisterio. Fue un ejemplo de mujer comprometida con su profesión, la docencia, la cual la llevó a desarrollar su trayectoria profesional fuera de su tierra.

40 años de trayectoria profesional en Tenerife
Sus estudios superiores obtenidos en Madrid la facultaron para obtener la cátedra de las llamadas Escuelas Normales, primero en Murcia y más tarde en San Cristóbal de la Laguna, Tenerife, única ciudad universitaria de las Islas Canarias, donde ejerció durante cuarenta años.

Formada en las corrientes de la Institución libre de Enseñanza y seguidora de las pautas de la Montessori, destacó por su gran formación y rigurosidad en la docencia.

Se casó con Elías Serra Ráfols, fundador del Instituto de Estudios Canarios y primer historiador científico de las Islas Canarias.

Visitación falleció en 1992 a los 98 años de edad en San Cristóbal de la Laguna, lejos de la tierra que la vio nacer. No dejó libros escritos. pero sí cartas y su ´especial´ testamento, en el que hizo constar en sus últimas voluntades una pequeña frase: “De Navarra”. A pesar de vivir la mayor parte de su vida alejada de Navarra, nunca dejó de añorarla.